terapia ACT

La Terapia ACT ha demostrado ser eficaz para tratar una amplia variedad de problemas psicológicos. Algunas de las condiciones para las que la ACT es particularmente útil incluyen:

• Trastornos de ansiedad: Trastorno de pánico, fobias específicas, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), trastorno de ansiedad generalizada.
• Depresión: Tanto la depresión mayor como los trastornos depresivos persistentes.
• Traumas: Estrés postraumático, abuso emocional o físico.
• Dolor crónico: Ayuda a las personas a manejar el dolor físico y emocional asociado a condiciones médicas crónicas.
• Adicciones: Adicción a sustancias, conductas adictivas como la ludopatía o las compras compulsivas.
• Trastornos alimentarios: Anorexia, bulimia, trastorno por atracón.
• Problemas de pareja y familiares: Dificultades en las relaciones interpersonales.
• Dificultades en el trabajo: Estrés laboral, burnout.
• Mejorar la calidad de vida: Para personas que simplemente desean mejorar su bienestar emocional y vivir una vida más plena.
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¿Por qué la ACT es tan beneficiosa?

La terapia ACT es eficaz porque se enfoca en los procesos psicológicos subyacentes al sufrimiento, en lugar de solo los síntomas. Al enseñar a las personas a aceptar sus pensamientos y emociones, a vivir en el presente y a tomar acciones significativas, la terapia ACT ayuda a romper los patrones de pensamiento negativos y a desarrollar una mayor flexibilidad psicológica.

Características de las personas que pueden beneficiarse de la ACT:

• Personas que luchan contra pensamientos negativos recurrentes.
• Individuos que evitan situaciones o emociones dolorosas.
• Personas que sienten que no tienen control sobre sus vidas.
• Aquellos que desean desarrollar una mayor aceptación de sí mismos y de los demás.
• Personas que buscan una terapia más activa y orientada a la acción.